LA RADIONOVELA
Surgió entonces la radionovela, relato dramatizado difundido por
capítulos a través de las ondas de radio.
Heredera de la novela por entregas y sobre todo del folletín, la
duración de la obra dependía muchas veces del interés de la audiencia,
alargándose a veces por meses.
Algunas radionovelas americanas emblemáticas (El Derecho de Nacer,
entre otras) fueron después llevadas a otros soportes, como la televisión e
incluso el cine, o el cómic (El Siniestro Doctor Mortis).
En su época de auge, las compañías de radionovelas hacían giras por
el país y presentaban una versión teatral de la radionovela en ciudades y
pueblos.
El público de provincia llenaba las salas en que se presentaban,
abanderizándose con los personajes: gritaban durante la representación e
incluso agredían a los malos (cosa que también sucede hoy con las teleseries)
Pero también sufrían desilusiones,
cuando el aspecto físico de los actores no
se correspondía con las expectativas generadas por sus voces bellas y
aterciopeladas, o con el papel que encarnaban en las transmisiones.
Emparentado con la radionovela está el radio teatro por lo que
estos términos suelen emplearse como sinónimos.
En los radio teatros solían transmitirse obras teatrales, a veces
bastante buenas y de autores conocidos, y también versiones de películas.
Cada emisión radial daba una obra completa.
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